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SONRIE QUE TU ERES ESPECIAL


Ya eran pasadas las 6 cuando paso a recoger a su niña. Cansado y de muy mal humor recorría las avenidas que colmadas del vehículos le hacían pensar que la suerte, si algún día la tuvo se había alejado completamente de él. Pero al fin puedo llegar, y hay estaba ella esperándolo, como siempre sentada en un banquito. Se levantó sonriendo y con sus manitas cargadas de libros besó a su padre sin poder cerrar sus labios y contener una risita.

Hola papi, dijo la niña, debemos irnos bebé, contesto su padre.

- ¿Qué tienes papi que te veo triste, estas cansado?

- Si mi niña, muy agotado, además de que hoy no ha sido un buen día en el trabajo, todo me ha salido mal, muy mal.

- No te preocupes papi, todo va a salir bien.

Su padre la miró y contempló lo hermosa que era su hija, y sonrió a darse cuenta que esa carita y esos ojitos eran el rayo de luz que desde el cielo iluminaban su vida. Tenía solo 4 años, pero podía mantener una conversación como un adulto, sobre todo si hablaba de su papi. Ella lo miraba a él mientras conducía y su agotamiento le resultaba penoso e incompresible.

- ¿Qué tienes papi? Volvió a preguntar la niña. Nada, es solo que estoy un poco cansado, volvió a contestarle su papi.

- ¿Puedo hacer algo para que sonrías y estés más feliz?

Sonrió su padre cuando la miro a los ojos.

- No tienes que hacer nada mi niña, con solo mirarte y verte sonreír soy feliz mi bebe.

- ¿Porque?

- Porque eres mi princesa, además porque te amo mucho, eres lo mejor que me ha pasado.

-Entonces porque estas triste papi?

Por un instante el padre respiro profundo y mientras miraba la carita de su ángel decidió hablar con ella con toda sinceridad, con una sonrisa que más que alegría reflejaba amor le dijo:

- Porque a veces necesito dinero para poder darte a ti la vida que mereces, y no lo tengo, la vida de los adultos a veces es complicada mi niña linda.

Miró inocentemente la niña a su padre y lo abrazó en medio del tráfico y mientras besaba a su padre reía a carcajadas cuando le decía:

- No seas tonto papi, yo no necesito dinero para ser feliz, yo también soy igual que tú, para ser feliz solo necesito escuchar tu voz y ver tu sonrisa.

Has tu lo mismo, ¡sonrie! que es posible que tu sonrisa haga feliz a los que te rodean y ella tenga el poder de cambiar la vida de quien quiera perderla.

El corazón alegre hermosea el rostro; más por el dolor del corazón el espíritu se abate.
Proverbios:15:13

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